Apertura curso 24/25

El Martes 17 de septiembre tuvo lugar el solemne acto de apertura del curso  2024-2025. El acto, en el Aula Magna del Edificio Central de la Universidad de Navarra estuvo presidido por Marta Ferrer, decana de la facultad de Medicina.

En el acto se entregó la beca de honor  del Colegio Mayor al profesor y antiguo colegial de Torre 1, Jordi Rodríguez Virgili, a Juan Pons de Villanueva, médico y colegial de Torre 1 durante más de 20 años y al artista Fermín Alvira. 

Recogemos a continuación las palabras de Javier Arana, director general de Belagua: 

Estimada Dª Marta Ferrer, Decana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra, Estimados Prof. Rodríguez Virgili, Dr. Pons y D. Fermín Alvira, que hoy recibís la Beca de Honor de nuestro Colegio Mayor, Presidente y miembros del Patronato del Colegio Mayor Belagua, miembros de la Junta de Gobierno, queridos profesores, queridos becarios, colegiales. Representantes de otros Colegios Mayores que nos acompañáis. Amigos.
Hace tan sólo cuatro días tenía lugar el acto de apertura de curso de la Universidad de Navarra y hoy inauguramos también un nuevo curso en nuestro Colegio Mayor. 62 años después de que Belagua abriera sus puertas, mantenemos intacta la ilusión de compartir esta experiencia profundamente transformadora con los 462 colegiales que ocuparán cada rincón del Mayor a lo largo de este curso.

El pasado 28 de agosto recibimos a nuestros 165 nuevos colegiales que, con gran ilusión, inauguraban una etapa que sin duda alguna dejará una importante huella en sus vidas. Este verano, la mujer de un antiguo becario y madre de un actual becario de Belagua me comentaba, refiriéndose a su marido: “Él tenía claro que quería que mis hijos tuvieran las mismas vivencias que él disfrutó y lo ha logrado”. Sin duda alguna, el paso por Belagua es una experiencia que “imprime carácter”.

Queridos colegiales: en estas breves palabras que quiero dirigiros en este comienzo de curso, me permito la licencia de tomar prestadas dos ideas a las que se han referido en distintos momentos en este mismo lugar el Prof. Ignacio Vicens, becario de honor de nuestro Colegio Mayor, y más recientemente, la Rectora de nuestra Universidad.
En primer lugar, cito al Prof. Vicens en una intervención magistral que muchos recordaréis:
“Estoy seguro de que todos vosotros […] conocéis la Fontana di Trevi. Esa maravilla, ese prodigio de equilibrio entre arquitectura, ingeniería, escultura y urbanismo […]. Pero yo no quiero hablaros hoy de su belleza excepcional sino del espíritu que la hizo posible.
Parece ser que, antes de que se hubiera hecho la fuente, por la plaza pasaba un acueducto […]. En el Siglo XVIII se dan cuenta de que se necesita una obra a fondo debido a que había numerosas fugas de agua. Necesitaba una restauración. El entonces Papa, Clemente XII, ordena su restauración. Podría haber hecho un pequeño arreglo, una chapuza, una faena de aliño pero no, aprovecha la ocasión para hacer una obra maestra. Aprovecha la ocasión para realizar una obra absolutamente excepcional. ¿Os acordáis? Esa escenografía arquitectónica increíble: una fachada de un palacio, con un arco de triunfo espectacular, y en medio Neptuno, pastoreando una serie de tritones y de hipocampos en un magma de rocas en el cual sale agua por todas partes. Me gustaría que hoy reflexionáramos un poco sobre esto. […] El Papa y Nicolás Alvis, su arquitecto, aprovechan una ocasión aparentemente menor, una excusa, para hacer una obra maestra. ¿No os parece una demostración impresionante de magnanimidad, de espíritu grande, de ambición?”

Por otro lado, la Rectora de la Universidad nos habló hace escasos días de la
ambición de servir. Aunque hablar de magnanimidad (grandeza de espíritu y de ánimo, todo lo contrario a la pusilanimidad-encogimiento de ánimo-) y de servicio pueda parecer contradictorio, quería hacer alguna consideración sobre la MAGNANIMIDAD DE SERVIR, sobre la importancia de ser personas con grandeza de espíritu y que entienden todas las circunstancias de la vida como una ocasión de servir, de ser un don para los demás. Esos dos ingredientes dotarán a nuestras vidas de un sentido profundo.

Esta Universidad y nuestro Colegio Mayor son un claro ejemplo de esa grandeza de ánimo y de la misión de servicio a las personas y a la sociedad que tuvo San Josemaría, un alma magnánima que decía en 1968: “la juventud ha tenido siempre una gran capacidad de entusiasmo por todas las cosas grandes, por los ideales elevados, por todo lo que es auténtico.”

Queridos colegiales: estáis en una etapa maravillosa para soñar con grandes ideales, con metas altas. Vuestros años en Belagua son el momento idóneo para elevar la mirada, para proyectar un gran futuro profesional, para forjar grandes amistades, para poner los pilares de una vida familiar ilusionante, para adquirir una formación y una cultura sólidas, para fortalecer la vida cristiana y tener un encuentro personal con Jesucristo. Cada una de esas metas tan ambiciosas, tan atractivas, tan ilusionantes y al mismo tiempo tan arduas deben estar impregnadas de una misión de entrega y de servicio.

Tomando prestada una imagen que utilizaba hace unos días el Prof. Miguel Ángel Martínez en una tertulia en Belagua, todos sabemos que si intentamos dejar una huella en el cemento cuando está totalmente líquido, el esfuerzo es inútil; si tratamos de hacerlo cuando está solidificado, el resultado es el mismo: no queda rastro. Sin embargo, si intentamos dejar la huella cuando se está fraguando el cemento, la marca quedará para toda la vida.

La etapa universitaria es el momento en el que se está fraguando nuestro futuro y la huella que marquemos en este momento, quedará para siempre. Es la etapa de soñar con grandes ideales para nuestra vida y el momento de dar a todas esas ambiciones nobles esa visión de servicio. Es el momento de la magnanimidad pero no para nuestro propio provecho; hablamos de la MAGNANIMIDAD DEL SERVICIO, de SERVIR CON MAGNANIMIDAD. El verdadero servicio requiere magnanimidad, ya que supone haber descubierto algo o alguien por quien vale la pena darse o incluso dar la vida. Al mismo tiempo, los grandes ideales son el motor del verdadero servicio, del verdadero amor, del corazón grande. Magnanimidad y servicio: no se entienden el uno sin el otro.

Y Belagua constituye el lugar idóneo para esta enseñanza. Un antiguo residente decía en una ocasión que el Colegio Mayor: “fue fuente de mucho aprendizaje. Para mí fue vital y ahora veo más que nunca que me enseñó sin darme cuenta. Servicio a los demás, cuidado, detalles, delicadeza, hogar, ambiente de familia, abnegación…”.

El próximo mes de febrero recibirán la beca de Belagua cerca de 70 colegiales de tercer curso. Un reconocimiento que, lejos de ofrecer una posición de privilegio, brinda una oportunidad de servir a los demás colegiales. En ellos, nuestros colegiales recién llegados pueden ver un claro ejemplo de dedicación con grandeza de ánimo, que lleva a cabo un ejemplar servicio desinteresado.

Como es natural, me gustaría concluir estas palabras agradeciendo… A la Dirección, a los Decanatos y a los becarios de cada una de las sedes de Belagua porque con su dedicación alegre, discreta y generosa hacen de nuestro Colegio Mayor un lugar inmejorable para vivir, una verdadera casa.

A todos esas personas que con su compromiso leal (familias, benefactores, capellanes, las personas que nos atienden en el Colegio Mayor) nos permiten vivir los mejores años de nuestras vidas y nos enseñan con su ejemplo esa MAGNANIMIDAD
DEL SERVICIO. ¡Todos ellos son auténticos maestros!

Y querría concluir agradeciendo al Prof. Rodríguez Virgili porque las palabras que nos dirigirá-no me cabe duda- nos ayudarán a plantearnos grandes ideales. Al Dr. Pons por su compromiso y dedicación durante más de dos décadas en Belagua y a D. Fermín Alvira, por su aportación a la convivencia culta de Belagua, que tanto ensancha los horizontes de sus colegiales.

¡Muchas gracias!

JAVIER ARANA. 17/09/24

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